Consejos para revisar tu coche antes de viajar en invierno
Revisar nuestro coche antes de salir de viaje y comprobar el estado del tiempo es clave para viajar de forma segura
Con la llegada de diciembre y las Navidades, muchos españoles se preparan para coger su coche y viajar por toda la península, tanto para reencontrarse con la familia o visitar nuevas ciudades.
El periodo del año con más lluvias, con temperaturas bajas y nevadas en diferentes zonas de la península, hace que debamos seguir una serie de pautas para que también nuestro coche esté preparado ante las inclemencias meteorológicas.
Neumáticos: con condiciones meteorológicas extremas, tenemos más riesgo de sufrir aquaplaning, por lo que lo mejor es usar neumáticos de invierno y revisar que no haya desgaste. Además, es recomendable estar atentos a la presión, ya que con las bajas temperaturas puede variar.
Batería: las olas de frío pueden descargar la batería del coche de golpe y sin previo aviso, dejándonos tirados en el momento más inoportuno. Debemos revisarla antes de que las temperaturas bajen excesivamente y estar alerta si notamos que el coche no tiene fuerza al arrancar. En ese caso es urgente revisar la batería y sustituirla si fuera necesario.
Si se trata de un vehículo eléctrico, el cuidado de la batería todavía más importante, ya que de ella depende nuestra autonomía.
Anticongelante: hay que comprobar los niveles de líquido anticongelante para evitar que el líquido del radiador se congele. La recomendación es no extender la vida útil del anticongelante más allá de los cuatro años. Y nunca utilizar agua como refrigerante, ya que se congela más rápido y puede obstaculizar algún elemento o incluso reventar el circuito.
Frenos: Con las precipitaciones y las heladas, se reduce la adherencia al piso, y la velocidad de frenado puede duplicarse. Debemos, siempre, estar pendientes de las señales que nos envía el coche. Si se balancea al frenar o pierde trayectoria, si aumenta el recorrido del pedal, si apreciamos falta de precisión y, obviamente, si se encienden los testigos de freno, hay que ponerse en alerta. Y no olvides, la recomendación de sustituir el líquido de frenos cada cinco años.
Parabrisas: cuando los limpiaparabrisas no están en buenas condiciones se nota inmediatamente, ya que impiden la visibilidad dejando rastros de agua y suciedad, además de un ruido bastante molesto. En ese caso, hay que cambiarlos de inmediato.
Con frío extremo, si el coche duerme a la intemperie, lo mejor es dejar los limpias levantados o poner un periódico extendido entre ellos y el cristal. Otra de las opciones para combatir el hielo, es arrancar el coche y dirigir las rejillas de ventilación con calor hacia el parabrisas. Nunca debes echar agua caliente sobre un parabrisas congelado, ya que podría rajarse por el choque térmico. Utiliza un rascador o spray descongelador.
Iluminación: durante los meses de frío, con condiciones de visibilidad reducidas y menos horas de luz, los faros deben estar en perfecto estado, por lo que debemos asegurarnos de su buen estado antes de que llegue el invierno.
Carrocería: proteger el coche con una lona, especialmente si duerme en la calle, no sólo evita daños en la carrocería, sino también la congelación de numerosas piezas mecánicas.
Cerraduras: en caso de que el agua congelada bloquee las cerraduras del vehículo, no se debe utilizar nunca la fuerza, ya que podrías dañar e incluso partir alguna pieza. Es más adecuado utilizar alcohol y, si hay acceso a corriente eléctrica, un secador de pelo.
Ralentí: si el coche ha estado expuesto a bajas temperaturas durante mucho tiempo, no es recomendable iniciar la marcha inmediatamente después de arrancarlo. Si lo mantenemos un ratito al ralentí, mejoraremos mucho su salud, haciendo que los líquidos, que están fríos, se atemperen.
Sé previsor: a pesar de que suelen ser anunciadas con antelación, en muchas ocasiones las olas de frío nos cogen desapercibidos. Manten el depósito lleno y llevar cadenas o utilizar neumáticos específicos evitará sorpresas desagradables.