Los motores de combustión, alimentados por E-Fuel, opción de futuro
Aunque la electromovilidad con batería es una tendencia creciente en el sector del automóvil, Porsche cree que los motores de combustión, alimentados con e-combustibles, seguirán siendo una opción importante durante las próximas décadas.
Porsche está invirtiendo en el desarrollo de e-combustibles o combustibles sintéticos como una alternativa a los motores de combustión tradicionales. Una de las plantas de producción más destacadas es Haru Oni en Punta Arenas, Chile, que emplea energía eólica para producir hidrógeno y oxígeno a partir del agua. El CO₂ se extrae del aire y se combina con el hidrógeno para crear un hidrocarburo que se convierte en gasolina sintética mediante un proceso de conversión. El proceso produce combustibles limpios y sostenibles que no añaden CO₂ adicional a la atmósfera.
Aunque la electromovilidad con batería es una tendencia creciente en el sector del automóvil, Porsche cree que los motores de combustión seguirán siendo una opción importante durante las próximas décadas. Además, hay muchos otros sectores, como la aviación y los grupos electrógenos de respaldo en hospitales, donde la electrificación no es una opción viable. La producción de combustibles sintéticos ofrece una forma de reducir las emisiones en estos sectores sin tener que renunciar a la flexibilidad y conveniencia de los motores de combustión.
Haru Oni es una planta de producción de combustibles sintéticos que aprovecha la energía eólica y el agua para producir hidrocarburos a partir de CO₂ y hidrógeno. La energía eólica se utiliza para producir electricidad que se utiliza para separar el hidrógeno y el oxígeno del agua. El CO₂ se extrae del aire mediante equipos de captura directa de Global Thermostats que utilizan absorbentes químicos para actuar como esponjas de CO₂. Los hidrocarburos se convierten en gasolina sintética mediante un proceso de conversión y pueden utilizarse directamente en motores de combustión o mezclarse con gasolina o diésel de origen fósil.
Entrevista a Marcelo Daller, Responsable de Operaciones de la planta Haru Oni
¿Cuál es la misión de esta planta?
Producir e-fuel. Somos capaces de capturar CO2 y transformarlo en e-metanol. A partir de este metanol sintético podemos crear una gasolina para poder usar en los coches. Haru Oni es una planta piloto. Después se ampliará la producción con una planta más grande aquí, en Punta Arenas. Y se construirán también otras plantas en Texas (EE. UU.) y Tasmania (Australia).
¿Es una forma de hacer que los coches con motor de combustión sean más limpios?
Efectivamente. Lo que conseguimos es eliminar la huella de carbono en los vehículos con motor de combustión. Las emisiones no cambian, pero al haber capturado previamente el CO2 que emiten, logramos la neutralidad.
A grandes rasgos, ¿cómo se produce el e-fuel?
Para conseguir e-fuel es necesario hacer metanol. El metanol requiere para su fabricación CO2 e hidrógeno. El hidrógeno lo producimos en un electrolizador utilizando fuente de energía renovable. Es, por lo tanto, hidrógeno verde. Mediante la electrólisis se divide la molécula de agua en oxígeno e hidrógeno. El hidrógeno, en un paso posterior, lo mezclamos con el CO2 que hemos capturado previamente y, dentro de un catalizador, sintetizamos ese gas y producimos metanol verde. Ese metanol lo convertimos finalmente en una gasolina con propiedades similares a la que se puede encontrar en una estación de servicio.
¿Es necesario algún tipo de adaptación para su uso?
Ninguna. No hay que hacer modificación alguna en el motor del coche y, además, se puede repostar con los mismos surtidores que ya existen. Esto hace que su implementación sea muy fácil.
¿Cuál es la producción de la planta de Haru Oni?
Unos 130.000 litros anuales. Es una planta pequeña, pero su enfoque es integral, pues contiene toda la tecnología necesaria para el proceso de fabricación.
¿Qué tipos de e-fuels se van a fabricar?
Nosotros aquí somos capaces de producir metanol y convertirlo en gasolina. En el futuro, HIF está pensando en ir más allá. En realidad, el metanol sintético tiene potencial para sustituir al combustible empleado no solo en coches sino en aviones, barcos, maquinaria industrial ligera y pesada o vehículos recreacionales, por citar algunos ejemplos.
¿Esto incluye el diésel?
Aquí no se va a hacer diésel, pero se podría. Existe la tecnología para ello.
¿Cuánto tiempo habrá que esperar para que la gasolina sintética se comercialice de forma masiva?
Cuando estén funcionando las plantas de Chile, EE. UU. y Australia ya podremos hablar de producción a escala industrial. Estimo que será en el año 2027.