Subiendo de categoría. Prueba del Mercedes GLC 200 4Matic Avantgarde
Mercedes ha renovado su modelo más vendido, el GLC, que llega a su segunda generación totalmente renovado estéticamente y a nivel de mecánicas y de equipamiento.
Hemos llevado a cabo una toma de contado de la versión de acceso de gasolina, la variante GLC 200, dotada de un motor cuatro cilindros 2.0 con turbo compresor y 204 CV acoplado a una caja de cambios 9G-Tronic y con el efectivo sistema de tracción total 4Matic. Cuenta con un sistema de hibridación suave de 48V, que le dota de la etiqueta ECO de la DGT.
El nuevo GLC ya está cosechando los primeros éxitos comerciales en nuestro mercado. Mercedes Benz ha realizado un trabajo de diez, incluyendo cambios significativos en apartados como la estética, las mecánicas, ya que ahora todos los motores ofrecen algún tipo de hibridación, y en el interior, más amplio, de mayor calidad y muy tecnológico.
El rediseño exterior de la segunda generación del GLC se nota en sus ópticas, que se conectan directamente a la parrilla del radiador para enfatizar la anchura del vehículo. De serie cuenta con iluminación Led High Performance, los faros con elipses de luz diurna y un embellecedor azul, así como la iluminación activa del suelo están disponibles como equipamiento opcional.
Un marco cromado rodea la rejilla deportiva en gris mate y un protector de bajos delantero en simil cromo acentúa la anchura la anchura y el aspecto todoterreno del modelo. En el lateral destacan unos pasos de rueda con protectores en plástico negro, bajo los cuales lucen la enormes llantas de 20 pulgadas con unos neumáticos Michelin Pilot Sport 225/45 R de nuestra unidad. En la versión de acabdo AMG Line esos pasos de rueda son del color de la carrocería.
Atrás, destacamos los faros traseros de dos secciones con una tira que conecta ambos extremos, y un protector inferior símil cromo que encierra los tubos de escape simulados. Nuestra unidad estaba equipado
Digitalizado al máximo
El interior ofrece un aspecto tridimensional y, una vez acomodados, podemos comprobar la gran calidad de los materiales utilizados así como un salpicadero perfectamente estructurado e inclinado hacia el conductor. La pantalla del cuadro de mandos es de12,3 pulgadas y la central, la pantalla central es de 11,9 pulgadas. Bajo esta última hay un escáner de huellas dactilares y el sistema operativo es la última evolución del MBUX de Mercedes-Benz.
Desde la pantalla central se controlan prácticamente todos los parámetros del vehículo, incluso el climatizador en su parte inferior. Su manejo es ciertamente intuitivo y, desde luego, más fácil de manejar que en otros modelos de la competencia que también lo fían todo a lo digital. Los únicos mandos físicos se conservan en la parte inferior y son los que sirven para cambiar el modo de conducción o activar las luces de emergencia.
En cuanto dispositivos de asistencia a la conducción, el GLC incorpora sistema activo de distancias Distronic, asistencia activa de dirección, el reconocimiento de señales o el control de aparcamiento con cámara de 360 grados.
El maletero gana 50 litros para alcanzar una capacidad máxima de 60o litros con las cinco plazas.
A los mandos
Hemos realizado nuestra prueba sobre la versión equipada con motor 2.0 de gasolina y 204 CV que rinde de manera brillante (hace el 0 a 100 en 7,8 segundos) y lo hace con una gran suavidad. Es más, gracias a la hibridación ligera de 48 voltios (etiqueta ECO de la DGT), arranca de manera muy sedosa con el motor eléctrico. El consumo que hemos obtenido utilizándolo por todo tipo de trazados es de 7,9 litros.
La transmisión automática 9G-Tronic realiza excepcionalmente su trabajo, con transiciones muy suaves entre velocidades y sin abusar de marchas largas. Permite varios modos de conducción que se adaptan a las circunstancias de cada momento: Eco, Comfort, Sport e Individual.
El GLC me ha parecido uno de los mejores SUV premium a la hora de completar largos viajes. Está muy bien insonorizado, sus ocupantes disfrutan de una calidad de rodadura magnífica y la dirección directa, con desmultiplicación variable, facilita las trazadas y los cambios de trayectoria.
Además, el equilibrado chasis lo hace ideal para todo tipo de trayectos. La buena dosis de confort se complementa con unos balanceos ligeros de la carrocería. No puedo olvidar el comportamiento de la tracción total 4Matic que, con un reparto del par de un 45% delante y un 55% detrás (en condiciones normales de motricidad), aporta un plus notable de adherencia y estabilidad.
En resumen, creo que esta recién estrenada generación del Mercedes-Benz GLC está llamada a continuar la senda del éxito de su antecesor.
Mercedes GLC 200 4Matic Avantgarde 204 CV
Precio: 58.300 euros