Algunas de las decisiones que toma la Dirección General de Tráfico no solo acarrean perjuicios a los usuarios de la vía, sino también atentan contra la seguridad vial que dice defender.

En 2004, la DGT decidió que los titulares del carné B, el del coche, con tres años de antigüedad pudieran conducir motos de 125 c.c., desconociendo si estos titulares sabían al menos montar en bicicleta. Cuando las estadísticas alertaron del número de fallecidos en motocicletas tomó la medida de que deben realizar un curso que aún no se ha concretado.

Otro invento de la DGT fue la exigencia del carné BTP para poder conducir taxis y ambulancias, se expidieron 180.439. En 2016 se suprimió porque la Comisión Europea dijo que un turismo se puede conducir con el B, sea taxi o ambulancia. Confusión también con el B-TA de uso agrícola.

Bicis en contrasentido

Ahora, la DGT tiene previsto modificar el Reglamento de Circulación creando el Título VI sobre el tráfico en las vías urbanas (que ya está regulado), ocho nuevos artículos y el 176.6 dice: «En las vías urbanas con un solo carril donde esté limitada la velocidad a 30 km/h o inferior, y previa señalización, la Autoridad municipal podrá permitir la circulación de las bicicletas en sentido contrario a la circulación de los vehículos a motor.

Cuando los vehículos se encuentren en esta situación deberán orillar a su derecha para permitir el paso en condiciones de seguridad y, si esto no fuera posible, tendrán prioridad los vehículos que circulen en sentido propio establecido para la vía».

Tremendo disparate

Tan gran dislate o despropósito tiene sentido si la elaboración de la reforma del Reglamento se sustenta en las opiniones de asociaciones y grupos de trabajo afines a los ciclistas.

Es significativo que entre los informes adjunto al proyecto no exista el parecer de usuarios también afectados, como las asociaciones del taxi, el criterio del Real Automóvil Club de España (RACE) o el sentir de Automovilistas Europeos Asociados (AEA).

Cierto es que la vía debe ser señalizada por el Ayuntamiento, pero dado que un gran número de ciclistas toman el todo por la parte, tal y como ocurre con la circulación en paralelo de dos, autorizado en determinados casos, veremos a ciclistas en sentido contrario por todas las calles, lo cual es un peligro.

Y la incongruencia es tal que la reforma se titula ‘Propuesta de protección a usuarios vulnerables de la vía’.