Mazda CX-60 e-Skyactive D 200 CV. Un brillante turbodiésel con etiqueta ECO
El Mazda CX-60, buque insignia de la marca nipona, se revela como un duro rival de sus competidores alemanes por su diseño, tecnología, calidad y el amplio equipamiento de serie. Por si fuera poco, este CX-60 monta un motor 3.3 turbodiésel de 6 cilindros en línea y 200 CV de potencia, con unos consumos líderes de su segmento y etiqueta medioambiental ECO
El diseño del CX-60 combina acertadamente dinamismo y elegancia gracias al concepto Kodo. Su presencia es imponente y proporcionada para tratarse de un modelo grande (4,75 metros). Su estampa atlética se logra a base de alargar su sección frontal, retrasar el habitáculo respecto al centro del vehículo y a rematarlo con una trasera corta.
La enorme parrilla frontal, las líneas del capó que se extienden hasta la inclinada luna delantera y las espectaculares llantas de 20” que llenan unos pasos de rueda rematados en color carrocería, son algunos de los detalles que captan nuestra atención.
Calidad de acabados y tecnología
En el interior, la calidad y elegancia propias de la marca se dejan notar. No solo hablamos de buenos ajustes, también de calidad percibida y de la organización de los sistemas, botoneras y mandos, con múltiples guiños a la estética japonesa y todo a mano del conductor. Este posará sus manos sobre un redondo y fino volante multifunción revestido en una piel suave y refinada. Nada que envidiar a otros competidores premium.
El puesto de conducción del CX-60 cuenta con tres zonas de instrumentos principales: un panel TFT-LCD de 12,3 pulgadas para el cuadro de instrumentos, un Head-Up Display de gran tamaño y una pantalla central de infoentretenimiento de 12,3 pulgadas. El maletero ofrece un volumen para equipajes de 570 litros que abatiendo los asientos posteriores alcanza los 1.726 litros.
Argumentos de peso
Mazda sigue desafiando las reglas del mercado al impulsar este CX-60 con un exquisito motor diésel que ofrece un excelente combinación entre brillantes prestaciones y parcos consumos. Ello es debido a que entre el seis cilindros en línea turbodiésel de 3,3 litros y la transmisión automática de ocho relaciones se encuentra un motor eléctrico de 12,4 kW que funciona por medio de una red de 48 voltios. Esta hibridación le permite circular hasta casi el 40% del tiempo en modo “cero emisiones” , contribuyendo a reducir el consumo y las emisiones, además de calificar al conjunto la etiqueta medioambiental ECO de la DGT.
A la microhibridación y al “modo vela”, que se activa por defecto apagando el motor cuando llaneamos o bajamos una pendiente, se suman otros factores como la mejora en la cabeza de los pistones que optimizan el proceso de combustión y demuestran el nivel de Mazda en materia de ingeniería mecánica.
Soberbias prestaciones
Pero vayamos a la práctica: el empuje cuando sobrepasamos las 1.700 revoluciones es contundente hasta más de las 4.000 vueltas, y el sonido que penetra al habitáculo, que en otro diésel podría resultar incómodo, aquí te recuerda constantemente que estás manejando un motor de los que ya no quedan... grande, poderoso y muy enérgico.
A nivel de conducción diré que es puramente un Mazda, con tacto de dirección firme, rápido y directo que no renuncia en absoluto a la comodidad en autopista para devorar kilómetros sin despeinarse. El CX-60 gana velocidad con mucha facilidad, así que adelantamientos o incorporaciones son realmente pan comido, aunque es cierto que la caja de cambios, por lo general de suave funcionamiento, en ciertas ocasiones pega algún tirón, especialmente al levantar el pie del acelerador.
El chasis está muy trabajado, el confort acústico es bueno y filtra bien la mayoría de las imperfecciones del asfalto a través de una suspensión independiente en ambos ejes, que muestra un correcto compromiso entre confort y la agilidad. Su tarado es bastante firme, por lo que el CX-60 contiene con rapidez y naturalidad los balanceos de la carrocería en los cambios de apoyo, salvo en los tramos muy revirados.
En cuanto a los frenos resultan eficaces y fácilmente dosificables, aunque, diré que requieren un período de adaptación inicial debido a su dureza.
Mazda ha conseguido llevar la tecnología del diésel, que muchos consideran obsoleta, al siguiente nivel. El Mazda CX-60 e-Skyactiv D ya se ha convertido en un referente en los meses que lleva en el mercado. Podemos concluir que estamos ante un SUV familiar ideal para el día a día o para afrontar largos viajes sin ansiedades o inconvenientes. Y todo ello aderezado con unos consumos muy ajustados, un toque de diseño, buenas dosis de calidad y tecnología realmente premium.
Precio
Mazda CX-60 e-Skyactive D Takumi
55.898 euros
