Las aventuras y desventuras de un "novato" en su primer Dakar (X)

En pleno desierto, en esta olla terminó la aventura de Sergio y Diego de su primer Dakar | Vallejo Racing
Las aventuras y desventuras de un "novato" en su primer Dakar (X)

La etapa de ayer, con la entrada al desierto Empty Quarter, la tenían marcada en rojo los equipos. Sergio y Diego salieron a pista con todos los sentidos activados, a pesar de ello, cayeron en una poza de la que consiguieron salir, pero les dejó fuera del Dakar.

En realidad se trataba de una cronometrada corta de solo 114 kilómetros, con un largo enlace de otros 500 kilómetros, entre Haradh y Shaybah, una especie de paso previo a las largas etapas maratón de los próximos días.

Pero, como siempre decimos, en el Dakar todo cambia en un momento y lo que parece una etapa de transición esconde en sus poco más de cien kilómetros auténticas trampas que, en el caso del equipo Vallejo Racing, le hicieron caer en una poza en la que ya había otros participantes y finalmente han desembocado en su vuelta a casa tras comprobar que algún participante todavía no tiene grabada en su cabeza una de las máximas que hay que tener presente siempre en el Dakar, y que por desgracia no siempre se cumple: "Al desierto entramos juntos y salimos juntos".

Con un tono de resignación, así resumía el piloto Sergio Vallejo las circunstancias que rodearon su obligada retirada al haber agotado sus comodines de reenganche.

Se nos acabó el Dakar

"No estoy decepcionado, ni especialmente triste. Únicamente con un poco de bajón y la impotencia detener que dejarlo por el motivo que fue.

Os lo cuento. Nos habían metido mucho miedo con el “Empty Quarter” por las dunas difíciles y porque no hay vida en esta zona tan inhóspita en la que por no haber, no hay ni internet.

Era una etapa corta, pero para desayunarnos, con un enlace de casi 500 kilómetros, lo que hacía que ya saliésemos muy tarde a la especial. Íbamos detrás de un piloto francés que como nosotros buscaba la arena sin batir y cuestas más leves, nos pareció que lo podríamos usar de “fusible”. Menudo error. Nos llevó directos a un atasco. Sí, un atasco en pleno desierto.

Entramos en una olla en la que había dos o tres SVSy tres coches atascados. Siempre odié los atascos, quizás ese es uno de los motivos por los me encanta vivir en Lugo. ¿Y qué hacer en un atasco? Ser paciente, así de simple".

¿Qué hacen en el desierto un francés, un chino y un gallego?

"Los dos 4x4 ligeros SVS salieron con relativa rapidez, pero los cuatro coches….iba a ser otra historia. Una larga historia. Primero fue difícil organizar a los tripulantes de los otros equipos, franceses y chinos, porque inicialmente cada uno iba a lo suyo. Mario, como buen miembro del CNP y perfecto francés parlante, se encargó de calmar a los dos franceses. 

Bueno, yo creo que ayudó algo que después de que uno de ellos me golpease el coche dando marcha atrás, como un pollo sin cabeza, yo le dijese en un cordial gallego “APAGA O COCHE, OU VOUCHE QUENTAR O FUCIÑO” (Apaga el coche o te voy a calentar los morros). Luego le expliqué al chino, que le íbamos a ayudar a él a salir porque estaba de primero, luego al segundo, al tercero, y finalmente nosotros. Y sacarle, nos llevó una horita.

Lo de los otros dos…no vale para contar. Al ver que los franceses las liaban una detrás de otra, le pedí al chino que se fuese, pero él insistía en ayudar. Hasta que en una liada más de los franceses, que chocaron entre sí de nuevo (a nuestro coche ya no se acercaban), nos entró un ataque de risa a los chinos, a Mario y a mí.

Viendo el panorama, el equipo chino se convenció de que realmente se tenía que ir. Y allí nos quedamos nosotros con los dos locos hasta que uno de los copilotos se puso al volante, y consiguió salir de la olla. Luego ayudamos a sacar al otro francés y entonces el piloto recogió sus planchas, subió andando la duna, y… hasta luego. ¡Se fueron!

En fin, allí nos dejaron a Mario y a mí solos. Tocaba otra vez armarse de paciencia y con nuestras planchas, movernos metro a metro hasta salir de allí. Cuando lo conseguimos, no estábamos en condiciones de andar de noche y llegar a meta de la especial. Había que asumirlo, suponía la derrota, y a la vez una victoria por conseguir llevar el coche y a nosotros mismos enteros al vivac.

Afortunados

Veníamos a aprender ¡y vaya si lo hicimos! Y no sólo aprendimos de la carrera, sino del comportamiento humano bajo presión. Aprendí especialmente de los directores deportivos de Astara (Víctor y Gabi), del pundonor de todos los mecánicos, de las chicas del equipo especialmente, de la profesionalidad de Laia y Checa que supieron lidiar con los fallos del coche y los suyos propios… y, también, de que todo lo que me contó Diego de sus seis anteriores Dakar, se quedaba corto.

No sé si voy a intentarlo otro año. Si la carrera es dura de por sí, más lo es conseguir los apoyos. Veremos si tengo fe. O mejor dicho, si la tienen los patrocinadores.
Gracias por los ánimos, y lo siento. 
Sergio Vallejo"

VALLEJO ETAPA 9 (1)


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