Porsche vuelve a sus raíces en la Patagonia chilena, al volante de un Panamera alimentado por e-fuels, un combustible sintético que neutraliza las emisiones de CO2. Inspirado por la Ruta Panamericana, la carrera que le dio su nombre, el Panamera traza la "Ruta del Fin del Mundo", uniendo Punta Arenas con el Parque Nacional Torres del Paine. Pero el viaje tiene una motivación más profunda: la visita a la planta Haru Oni de e-fuels.

Porsche y Highly Innovative Fuels (HIF) han inaugurado recientemente la planta piloto en Punta Arenas, aprovechando los fuertes vientos constantes para su aerogenerador. El e-fuel se fabrica a partir de CO2 capturado de la atmósfera y de hidrógeno obtenido por electrólisis del agua, utilizando energía verde durante todo el proceso.

El combustible resultante neutraliza las emisiones de CO2, ya que el dióxido de carbono que se libera durante el uso del vehículo ha sido previamente capturado para su producción. Esta es una de las formas en que Porsche está luchando contra el cambio climático.

Después de visitar la planta, los Panamera fueron cargados con los primeros litros de e-fuel producido y se embarcaron en su viaje por la Patagonia. Atravesando llanuras inmensas y carreteras que desaparecen en el horizonte, llegaron a Puerto Natales.

El siguiente día, se embarcaron hacia el Parque Nacional Torres del Paine, un área natural de 1.800 km² que alberga cientos de especies. A pesar de la ausencia de carreteras asfaltadas, los Panamera manejaron el terreno difícil con gracia.

El viaje destacó la belleza de la Patagonia, sus animales salvajes, y el potencial de los e-fuels. Como combustible neutral en carbono, el e-fuel es un paso adelante en la carrera hacia la descarbonización, un paso que Porsche está encantado de liderar.