"El híbrido es el peldaño necesario hacia la descarbonización", Sebastien Guigues, director General de Renault Iberia.
En declaraciones a Newspress, Guigues habla del estado actual del mercado de vehículos eléctricos y presenta una visión estratégica alternativa para la transición hacia una movilidad más sostenible.
En un momento de cambios en la industria del automóvil, cuando el cambio hacia los vehículos eléctricos es una prioridad en la agenda global, Sebastien Guigues, Director General de Renault Iberia, ofrece una visión interesante y matizada sobre la realidad de la electrificación en España.
Guigues habla en una entrevista a Newspress sobre el estado actual del mercado de vehículos eléctricos y nos presenta una visión estratégica alternativa para la transición hacia una movilidad más sostenible. Sugiere que el enfoque actual en los vehículos totalmente eléctricos podría estar dejando de lado una solución más factible y accesible para el público: los coches híbridos.
¿Cómo va el mercado de coches electrificados en Renault?
“Va relativamente bien, avanza y dentro de electrificados están los eléctricos, los híbridos enchufables y los híbridos. En Renault España, el año pasado el 30% de nuestras ventas fueron coches electrificados. Del Arcana, el 55% de las ventas son híbridos, el Austral, este año el 55% de las ventas son híbridos, con lo cual parece que la tecnología híbrida, para los que la tenemos, por cierto, porque no la tiene todo el mundo, se vende bien porque es eficiente, gasta poco, consume poco y tiene una buena etiqueta. Todos los coches híbridos de Renault están por debajo de 120 gramos. Incluso el Espace de siete plazas y 200 caballos”.
¿Y los eléctricos puros?
“Los eléctricos claramente no están progresando en España al nivel que esperábamos. Iba a decir que nos gustaría, voy a utilizar mejor la palabra, que esperábamos. Creo que las razones son varias y esto como siempre es la opinión que tenemos en Renault. La primera es que ahora que todos los fabricantes tenemos coches eléctricos, que todos los españoles saben lo que es un coche eléctrico y cómo funciona, nos damos cuenta que los postes de recarga son escasos, los que funcionan. Ahí hay un primer freno, porque en una geografía como la española, donde te mueves entre Madrid, Barcelona, Bilbao o Sevilla tienes que hacer bastantes kilómetros, esto no es Luxemburgo, y lógicamente tienes ese miedo, a veces no tan justificado, a no tener una recarga a tiempo. La segunda es que hemos puesto unas ayudas muy consecuentes, hasta 7.000 euros, es una gran ayuda, pero son muy complicadas de cobrar. Si yo me compro un Megane eléctrico, un gran coche, por cierto, si todo va genial cobraré esos 7.000 euros, si tengo derecho a ello, un año después. Es decir, que pase lo que pase, para comprarme un Megane eléctrico necesito tener la tesorería o un banco que me preste el importe íntegro del coche. Otro problema es que estamos planteando como única solución la avalada por los gobiernos y los políticos para renovar coches viejos. Estamos obligando a alguien que tiene un coche de 14, 15, 16 o 20 años a vender su coche por cero euros para que compre un coche nuevo eléctrico que es buenísimo y que vale 45, 50 o 55 mil euros. Se me antoja que la persona que tiene un coche de veinte años, al margen de coleccionistas, lo normal es que tenga ese coche porque no puede tener uno nuevo. Y si además de nuevo se lo tiene que comprar eléctrico, es decir, 45 mil euros, pues se le hace muy cuesta arriba”.
Habría que bajar el precio de los eléctricos o buscar una alternativa…
“Ahí vuelvo al híbrido, que quizás es el peldaño necesario en esa escalera hacia la descarbonización, de la cual estamos todos convencidos, ningún fabricante te va a decir que está en contra de la descarbonización. Estamos a favor y trabajamos por ello, y nos parece que el peldaño del híbrido es muy bueno porque ayuda a que subas la pierna sin tener que hacer malabarismo. Además, me parece una falta de respeto enorme hacia los españoles y los que vivimos en España eso de que en España somos menos ecológicos que los noruegos. Eso no así, otra cosa es que en Noruega durante mucho tiempo no había IVA en esos coches y mira ahora que ha cambiado la fiscalidad, resulta que ni los españoles éramos tan tontos ni ellos tan listos”.
¿Cuál es la solución?
“Vamos a aplicarle sentido común a todo esto porque todo lo que hemos hecho hasta ahora, seguramente con muy buena voluntad por parte de todos, no está funcionando. Llevamos cuatro años y el parque automovilístico en España envejece, cuando el primer objetivo es renovarlo. Queríamos ir cuesta abajo y estamos yendo cuesta arriba. Vamos a dedicarle tiempo a ver qué es lo que podría funcionar y no buscar culpables porque eso no lleva a ningún sitio. Hablemos de fiscalidad. Hay otros países que ya lo han puesto en práctica, no solo en Noruega, por ejemplo Portugal, que es un mercado más similar al nuestro. La fiscalidad, los coches electrificados, incluidos los híbridos y la manera de pagarlo podrían mejorar mucho. El objetivo es sacar coches viejos de las calles y no solo vender coches eléctricos. No vamos a salvar el planeta vendiendo solo coches eléctricos, vamos a arreglarlo quitando los coches que más contaminan. Ese es el punto de partida. Si ese coche que sacamos se cambia por un eléctrico, muy bien, pero si se cambia por un híbrido, mucho mejor que no hacerlo”.
¿Cómo ves el mercado si se hacen los cambios adecuados? ¿Seríamos un mercado de más de un millón de unidades?
“Sí. Creo que el mercado español está estructurado para 1,2 o 1,3 millones de coches al año, y luego puede haber años buenísimos y llegar a 1,5 millones y otros peores y bajar a un millón y ese debería ser el suelo del mercado. El consumo en España es algo muy peculiar. Por ejemplo, en España no se inventó el teléfono móvil, pero hoy es el país de Europa que tiene más terminales activas. En España, que yo sepa, no se inventó la carrocería SUV, pero es el país de Europa que tiene mayor porcentaje de carrocería SUV en sus ventas totales. ¿Qué quiero decir con esto? Que cuando el consumidor lo tenga claro el coche eléctrico va a subir mucho más rápido que en otros sitios. Otros países son mucho más racionales, mucho más germánicos, lo argumentan más, se va construyendo y las ventas suben casi linealmente. En España somos mucho más de curvas exponenciales; no lo veo, no me lo creo, no me lo puedo pagar y de repente un día sí. Y si te fijas pasa esto con muchas cosas en España. Por eso me parece un país apasionante, por cierto”.
Vayamos al producto, con el Espace ha habido un cambio de paradigma y de una carrocería tradicional monovolumen pasa a un SUV de siete plazas. ¿Cómo ves esa transformación? ¿Crees que los clientes fieles al Espace lo van a aceptar de buen grado?
“El Espace en el universo de Renault es un superhéroe, desde la primera generación y sus superpoderes son espacio interior, siete plazas y confort. Ese superhéroe siempre ha llevado una capa de monovolumen, pero ahora la capa es de SUV y creo que va a triunfar mucho más incluso. La gente quiere SUV, no monovolumen, de todos modos, esta conversación es muy de gente del sector, como nosotros, porque si yo le pregunto a mi madre que es un Espace no me va a decir que un monovolumen, me dirá que es un coche espacioso, cómodo para viajar y con siete plazas”.
Con la motorización va a ser un caso parecido, pensar que un coche tan grande lleva un motor tan pequeño no es fácil de entender...
“Choca bastante, tan poca cilindrada para un coche tan grande, un motor de poco más de un litro de cilindrada para mover un coche de casi cinco metros. Eso era impensable hace diez años, pero la tecnología ha hecho maravillas y el híbrido es un arma estupenda. Al final este coche tiene 200 caballos, emite menos de 120 gramos con 5 metros de largo y 7 plazas y cuando lo pruebas te sorprende. Diréis que no soy objetivo, pero es mi experiencia y no he echado en falta nada de potencia o de par. Creo que en eso reside el hecho de que los motores híbridos se pueden hacer de otra manera y se puede sacar la potencia de otra forma, creo que es el triunfo de la eficiencia, por así decirlo”.